martes, 13 de marzo de 2012

Recuerdos de mi niñez


Yo me crié con las monjas: “las Hijas de la Caridad”.

Era el fin de curso del año 1962, todas las niñas teníamos muchas ganas de saber que notas habíamos sacado.

Ese año, además, se premiaba a la mejor conducta en todo, mejor en clase y mejor aplicación.

El premio consistía en una banda que llevaba escrito la mención por lo que se premiaba.

La primera banda de honor se le concedió a una niña  que luego fue monja,  a continuación la de conducta y después fue la de mejores notas.

Cuando la madre superiora dijo… “la mejor en aplicación es María del Carmen Gómez”, dijo mi nombre,  yo no me lo podía creer, me temblaban las piernas.

Ese día fue inolvidable, lo recuerdo como el día más feliz de mi vida.

Recuerdo de María del Carmen Gómez Gómez

Toros en El Puerto


Antiguamente todas las corridas de toros se celebraban el Domingo.

El día antes, el sábado, llevaban los cabestros por la calle sueltos desde el antiguo matadero, que estaba por detrás de la estación y luego iban  por la ribera hasta la plaza de toros.

Se celebraba el desencajonamiento, que consistía en que el camión, en el que se transportaba la corrida, entraba al ruedo y era estacionado al otro lado de los toriles. Se iban levantando las puertas de los cajones uno a uno, el toro salía y los cabestros lo llevaban hasta los toriles.

Después, entre todas las entradas vendidas, se hacia una rifa y se sorteaba un jamón, una maquina de coser y cortes de trajes, entre otras cosas.

Por la noche en el parque Calderón tocaba la banda de música de Rocafú y se bailaban pasodobles, allí era donde se conocían las parejas.
 Recuerdo de Mari Carmen González Rodríguez