viernes, 27 de enero de 2012

La antigua feria de El Puerto





Hace ya algunos años (50-60) la feria de El Puerto se celebraba en un lugar distinto al actual.

Concretamente el recinto ferial se ubicada a la salida de El Puerto, en la carretera de Jerez, donde hoy se encuentra el Parque de Bomberos.

Allí se desarrollaban las actividades de día, mientras que por la noche la fiesta se trasladaba al Paseo de la Victoria.

De día nuestras madres llevaban las cestas con la comida y bebida, hay que recordar que el poder adquisitivo de entonces era bastante menor.

Para poder llegar hasta allí se usaban los coches de caballos, un autobús especial que ponían al efecto (Empresa Botello) y la mayoría acudían a pie.

Se hacía una exposición de ganado, donde podían verse toros, vacas, corderos, cabras,… y lógicamente se hacían los tratos de compra y venta.

El resto del tiempo se dedicaba a bailar, comer charlar con los amigos, divertirse en las escasas atracciones: el carro “las patás”, la ola, las cunitas de “Perico”, los caballitos,…


En la velada las atracciones eran mas sofisticadas: el látigo, los coches choques, … pero  lo que realmente se hacía era bailar, pero por “lo fino”, es decir “agarrao” . Esto se hacía en “El Cortijo”.

Posteriormente la feria fue trasladada a la zona de Crevillet, perdiéndose este sabor añejo de la feria.



Recuerdo de ANTONIO PARADELA PINO

lunes, 16 de enero de 2012

Las Mallas en El Puerto



Hace ya algunos años, un grupo de Mujeres del Taller de Mayores, realizó un trabajo de recuerdo de "las Mallas de Terry", este grupo estaba compuesto por:
Milagros de Asís, Magdalena Otero, Ana María Roche y Milagros Conejo. (Con la colaboración del Aula de Informática y el Taller de Mayores.)
Su trabajo decía así:
Las Mallas de Terry en el Puerto
Era una artesanía manual que, en los años 50, se hizo muy popular en el Puerto de Santa María.

En la labor participaba casi toda la familia. Para ayudar en la economía familiar y poder atender las necesidades de aquellos tiempos. Era muy común que varios miembros de la familia se reunieran para realizar este trabajo, bien dentro de la casa o en el patio junto a otras vecinas. Mientras se trabajaba se aprovechaba para charlar o escuchar la novela de la radio.
 

Las mallas se confeccionaban con diferentes colores según la calidad de la bebida que se iba a envasar. Las mallas de las botellas que contenían  el coñac 1900 eran rojas y amarillas, los colores de la bandera española también se hacían en color verde, amarillo etc.
 

La empresa entregaba los hilos de seda, que eran pesados para  luego poder comprobar el retorno con el trabajo terminado, no podía faltar ni un gramo.
 

El plazo de entrega era de entre 7 a 15 días, dependiendo de la demanda que la empresa tuviera en ese momento.
 

El trabajo se pagaba, ya al final, a 6 pesetas por docena terminada. Las mallas eran probadas en el momento de la entrega, si había alguna defectuosa se devolvía toda la docena.
 

Se llegaban a confeccionar hasta tres docenas por jornada.
 

Con el tiempo, la empresa desechó definitivamente el producto artesanal para sus botellas con lo que las tareas familiares terminaron en el olvido y hoy son solo un referente anecdótico familiar de la saga de los años 50 y 60.





viernes, 13 de enero de 2012

Presentándonos

Este es un antiguo proyecto que tenemos en mente desde hace tiempo en el Aula de Informática  y que ahora estamos haciendo realidad.

Se trata de que los Mayores vayan compartiendo con nosotros sus recuerdos y que estos no se pierdan.

Pueden ser canciones, experiencias, poemas, chascarrillos,... Lo importante es hacer un esfuerzo por recordar, compartir con los demás lo que hemos vivido y que no se pierda ese gran tesoro que poseen nuestros Mayores.


Luz Casal: Busco entre mis recuerdos