Vivíamos
en una casa de 12 vecinos, la que menos niños tenía era mi madre, sólo 6.
Con
cuatro años me trajeron los reyes una muñeca, de cartón. En el patio jugábamos
todos los niños con sus juguetes. Pero
tuve un descuido, se me olvido guardarla.
Por
la mañana cuando me levanté y no la encontré me fui corriendo al patio para cogerla. Al fin
la vi, estaba toda hinchada, esa noche había llovido y como era de cartón me
quede sin muñeca.
Me pase todo el día llorando,
nunca he tenido otra.
Después de aquello no volví a
tener más reyes. Ahora de mayor, por no
decir vieja, sí me ponen reyes mis hijos y nietos.
Recuerdo de PILAR PAYARES LÓPEZ
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